The Crow (2024). Sin alma

 Bueno, aquí estamos, otro remake innecesario que solo me hizo querer desear haberme quedado en casa viendo la versión de El Cuervo que realmente importa, la de 1994 con Brandon Lee. Esa sí que era una película, con toda la energía oscura y visceral que solo los 90 podían ofrecer. Aún recuerdo cómo salí del cine con la cabeza llena de imágenes poderosas y un soundtrack que definió una era: The Cure, Nine Inch Nails, Stone Temple Pilots, Rage Against the Machine… bandas que sabían cómo darle alma a una película. ¡Eso era música! Y no lo que nos dieron en esta versión de 2024, donde todo es tan anodino y olvidable que dudo que recuerde una sola nota de aquí a la próxima semana. Hay algo de acción destacable en el último tramo, pero ¡¡no basta!!





Rupert Sanders y su equipo, ¿la hicieron sin ganas o simplemente no entienden lo que hace que El Cuervo sea especial? Porque, honestamente, esta nueva versión parece el producto de una máquina que hace películas en serie, sin pasión ni convicción. Y pobre Bill Skarsgård, un actor talentoso que no se merece cargar con el peso de este desastre. Parece que está condenado a que este papel lo persiga como una sombra negra en su carrera.

Si me preguntas si recomiendo ver El Cuervo, la respuesta es un rotundo sí, pero asegúrate de que sea la versión de Brandon Lee, la única que realmente vale la pena. Porque si lo que buscas es sentir algo, algo real, esa es la que te llevará de regreso a los días en que el cine y la música te golpeaban donde importaba: en el corazón.


por: jC30_Rock

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