El Aprendiz (2024), Apuesta siempre a ganador

El Aprendiz acelera sin parar desde el primer minuto, con su ágil narrativa y una cinematografía que intercala de cámara en mano a planos estables según el ritmo que quiera marcarle al espectador. Su mayor virtud está en no tener miedo en mostrar cómo todos los defectos y trapos sucios de su protagonista son los mismos que lo hacen "triunfar" en la sociedad estadounidense, incluso hasta el día de hoy. 



Un biopic sobre la creación de la figura de Donald Trump como la conocemos, formado y entrenado por Roy Cohn, el inescrupuloso abogado que no reparaba en mecanismos, legales o no, con tal de ganar... o aparentar que ganaba como mínimo, que es lo realmente importante según su filosofía. 

Filmada en tono de acción, muy similar a lo que hace Adam Mckay en su comedia biográfica The Big Short (2015), tras un breve primer acto introductorio, la narrativa se vuelca a lo que pareciera un clímax sin fin en el cual escenas llenas de diálogo a alta velocidad se suceden una a otra casi sin parar, acompañadas además de su temblorosa cámara que te hace ser parte de la acelerada vida de su elenco.

Tanto Sebastian Stan como Jeremy Strong cumplen muy bien sus roles con actuaciones sólidas, pero no dejan de sentirse como ellos mismos interpretando un personaje. 

O al menos en un principio. 

Porque si durante los primeros pasos de la película es imposible no ver a actores simplemente haciendo cosplay, la actuación corporal comienza cada vez a tomar más relevancia a medida que avanza la película ya sea con posturas, maquillaje, tics o prótesis. Si fue una decisión del director que el parecido a las figuras que conocemos hoy fuera apareciendo poco a poco a medida que los personajes se iban corrompiendo, o no, habrá que preguntárselo a el, lo importante es que funciona, y bien. 

Es el debut con elenco hollywoodiense de su director Ali Abbasi, aunque hay que ir a google para saberlo. Porque la puesta en escena, la representación de los años 70s-80s, y la dirección de actores es como si siempre lo hubiera hecho, esto último fuertemente apoyado por la elección de actores que YA estaban en la tecla de los personajes que necesitaba. Más más que negativo, habla bien de su inteligencia de cubrir una arista de la película con otra. 

Dónde extrañamente se le ven las costuras, es en el apartado técnico de la iluminación en las escenas oscuras, que son una buena parte de la películas, en las que la calidad de imagen se ven sacadas del cine B, más granuladas y poco definidas.

Es un experiencia que vale 100% la pena ver, con una propuesta clara y fresca, que toma el desafío de hacer una biografía sobre una polémica figura aún en evolución, cuyos actos nadie conoce aún sus consecuencias finales, y le da una estructura que mantiene tu atención, al mismo tiempo que hace de radiografía general al sueño americano, exponiendo todos sus mecanismos.


por: Cristóbal


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