My Cousin Vinny (1992) y el porqué los abogados funcionan bien en comedia.
Cualquier
buena película de juicio debe jugar con las distintas perspectivas o “verdades”
que un pleito judicial pueda tener: debe el dinero o no debe; culpable o
inocente; legítimo o ilegítimo; su conducta está justificada o no, etc.
El ejemplo palmario es Rashoumon (羅生門) -que debe ser una de las mejores películas de juicio de todos los tiempos- donde la forma en que utiliza la técnica narrativa de la analepsis nos hace, a nosotros los espectadores, un juez más de la situación.
Pero,
también hay otra forma de hacerlo, que es mostrar la verdad al espectador desde
el principio de forma que transforma al relato a la típica pregunta deportiva ¿podrá
el o la abogado ganar el juicio?
Esta
última forma es la elegida por las, a mi juicio (pun intended), mejores
comedias de litigio que nos dio el siglo pasado: Mentiroso Mentiroso y Mi Primo
Vinny.
Ambas
comparten la segunda forma de abordar la difícil misión profesional, la primera
ante la imposibilidad de mentir por un día, y la otra por la inexperiencia
profesional y el ambiente hostil que es Alabama para un Neoyorquino.
La
idea del “abogado chanta” pero exitoso siempre me ha llamado la atención y no
sólo porque me siente personalmente representado, sino que también porque pone
cierta fe en el sistema, es decir, a pesar de lo malo que sea tu abogado -que
es otra forma de decir “a pesar de que no puedas pagar uno bueno”- la verdad
prevalece y, en este caso, como dijo Jesucristo, nos hará libres… o al menos a
los personajes interpretados por Ralph Macchio y Mitchell Whitfield. Ambos
jóvenes (yutes) acusados de homicidio después de un mal entendido, donde el personaje
de “Daniel-San” sin querer hurtó una lata de atún, hace que el recién titulado
abogado Vinny Gambini (Joe Pesci) asuma la defensa de un caso que parece
imposible ganar. Sumado a eso, el Juez
se muestra especialmente iracundo con las conductas, vestimentas, lenguaje de Vinny,
quien no puede encontrar descanso en ninguna residencia.
Pues
bien, está película resulta satisfactoria porque es fiel a su corazón que es la
increíble química entre Vinny y Mona Lisa Vito (papel por el cual Marisa Tomei
ganó el premio Oscar a mejor actriz de reparto) y como sus interacciones y complicidad
mantienen viva la comedia y, además, es el factor decisivo en el juicio.
Sucede
que uno tiende a pensar que los juicios sirven para una gama de conflictos muy
interesantes (como dilemas morales en Juror #2 o la extensión de una posible
gran conspiración en JFK, etc) pero no hay que olvidar que la experiencia humana
es más extensa que el drama bruto, de hecho los griegos entendían que existía
la tragedia y la comedia, por lo que podemos concluir, a la vista de los
resultados, que los abogados también sirven en comedia.
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Piter
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