A Real Pain (2024)



Jesse Eisenberg. ¿Será de esos actores que, con el paso del tiempo, terminan consolidándose como grandes directores? Yo espero que sí. Y A Real Pain es prueba de ello: una película íntima, memorable, y un paso firme después de su debut con When You Finish Saving the World (2022). Si seguimos esta trayectoria, podríamos estar viendo el surgimiento de un director con tanto peso como los Clint Eastwood o Greta Gerwig, quienes dejaron de ser actores para convertirse a la maestría detrás de la cámara.





Lo que Eisenberg hace aquí es bueno, muy bueno. Primero, sabe exactamente qué sacar de su elenco, y vaya que lo logra. Segundo, su escritura es precisa, sin grasa ni adornos innecesarios. Tercero, aunque su manejo de la cámara aún no es su punto más fuerte, saca oro de recursos mínimos, lo que es digno de respeto. Y claro, se dio el lujo de elegir bien a su cast, incluyéndose a sí mismo.

A Real Pain entra en ese subgénero de buddy movies que no se contentan con ser comedias ligeras; aquí hay conversaciones tempestuosas sobre todo y nada, pero siempre interesantes. La verdadera magia está en cómo Eisenberg teje la relación entre dos primos distanciados, unidos por el cariño infinito pero separados por personalidades diametralmente opuestas.

El propio Eisenberg interpreta a su clásico personaje de naturaleza nerviosa, pero no cae en el cliché de ser un remedo de Woody Allen. Su primo, interpretado magistralmente por Kieran Culkin, es el contrapunto perfecto: un torbellino emocional, explosivo, la sal y el alma de esta cena cinematográfica. Juntos son el grano y la madera con que se elabora ese Single Malt de guarda. Espero que esta cinta se conserve y madure por años.

Lo importante aquí es que la película no se desliza hacia la comedia fácil, aunque a veces lo parece. Camina por esa delgada línea con habilidad, evitando que las situaciones se conviertan en chistes o en caricaturas. Lo que ofrece es una historia íntima y auténtica, donde las emociones son reales y no se fuerzan.

Además, y esto merece un aplauso de pie, A Real Pain es una gran película judía que no gira en torno al Holocausto ni busca explotarlo. Aquí hay una representación cultural fresca y diferente, culminando en una toma final que es simplemente oro puro.

Luego de ver esta obra, quiero que Jesse Eisenberg esté en el camino de los grandes, y si sigue entregando películas como esta, su legado detrás de la cámara puede ser más memorable cualquiera de sus actuaciones.



by: jc30_rock


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